lunes, 7 de junio de 2010

Ceviche: Comida grandiosa en medio del mar de Veracruz

Domingo, día de trabajo en mi tierra, Boca del Río. Claro que no es agradable trabajar el día en que Dios manda que hay que descansar, pero la recompensa después de 2 reuniones de trabajo, valió el esfuerzo de levantarse temprano para tomar el vuelo que me llevaría hasta la tierra que se apropia de este pequeño paraíso: "cancuncito" .

No tenía idea de que nuestro anfitrión, que tuvo a bien recogernos en el aeropuerto a mi jefe y a mi la mañana del domingo tenía planeada una comida grandiosa en medio de un paisaje grandioso.

Un día perfecto, día soleado con hermosa sensación de brisa en Boca del Río, Veracruz. Nos dirigimos, después del término de nuestra sesión de trabajo, al fraccionamiento el Estero, un precioso residencial a las orillas del río jamapa. No ahondaré mucho en describirlo, el caso aquí es la comida. Montamos el yate de 35 pies, y nos dirigimos hacia "cancuncito", que nos es más que un pequeño montículo de arena ubicado en mar abierto en una de las zona arrecifales más importante del Golfo de México, cerca de la isla de sacrificios, en Veracruz.

Una vez tirada el ancla, y después de un par de cervezas, me preparé un "tinto de verano" (mucho hielo, medio vaso de vino tinto y medio vaso de refresco de toronja), sé que me van a juzgar por la forma de beber el vino, yo lo haría, pero es una bebida fresca e iba perfectamente bien con el rico calor, la brisa y el agua clara de tono verde del mar. De haberme avisado del plan, me hubiera ido en bermudas y sandalias, pero no dejé que mi outfit me privara del disfrute del momento.

De pronto, "Aguja", el espigado asistente del yate apodado así, desaparece de cubierta. Unos minutos después aparece con unos platos desechables, servidos con porciones de ceviche de peto que habia sido pescado el día anterior por nuestro anfitrión, caracol y camarones frescos todo aderezado con aceite de oliva, sal y pimenta y una cuantas gotas de limón, encima, rajas de cebolla morada y chile habanero, curtidas en limón. No me culpen porque que se les hizo "agua la boca". Es serio lo que les voy a decir, si pudiera me haría socio de "Aguja" y pondría una cevichería con él. Se imaginan? Una pequeña palaba enfrente del mar, decoración a doc, "Aguja" comandando la cocina y yo? Yo, de anfitrión recibiendo a los comensales, de vez en vez, preparando mis poco famosas "cubanas" y uno que otro mojito, quizás, fumando algún buen hábano cubano de vez en cuando... Y claro, yo surtiría la cocina del peto necesario en mis días de pesca. Sí, sí, sí! Me conocen y saben que me gusta soñar.

Esa, por todo lo que enmarcó, fue una de las comidas más grandiosas de este año.

1 comentario:

  1. HEY LOCO!!! Y DE CHIQUITAS CUANDO NOS VAS A CONTAR? SEGURAMENTE EN CANCUNCITO HABRAS VISTO UNA QUE OTRA QUE VALGA LA PENA. EA!! VIENTOS, FELICIDADES POR EL BLOG. ESTA CHIDO.

    ResponderEliminar